Mariángel Gasca Posadas
1
Niega su soledad el ilusionista
y con sus manos
enlutada_ mente desarticuladas
incendia la memoria cuando escribe.
visiones contenidas de hace siglos
atávicas costumbres
testifican sucesivas muertes.
¿Qué culpa tiene el justiciero
de haber nacido tatuado con el signo de la espada?
Y decretar abrazado a su caballo de madera:
-No quisiera ausentarme antes de tiempo-
Hace apenas un instante salió de su boca y
¡Oh, Walkirias!
Una orden surgida del Océano Cósmico
ordena todo y vuelve polvo sus viejos karmas.
Nada reflejan ya sus ojos
Nada ya.
Lo abandonan mar adentro.
2
No quiero perderme de su cielo
a pleno sol cuando sonríe
de su canto en estado de gracia
que toca mi pecho
con la yema de sus dedos
con la yema de sus dedos
Ah poeta
un Claro de luna clama su regreso
a este mi país que amo y sufro
enjaulada por la pobreza
enjaulada por la pobreza
sin embargo le sueño desde esa jaula
abro de nuevo el corazón mialma
y escucho la voz inmorible, innacible
del Ser, en el silencio conquistado
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